7. PHOTOSHOP EN EL REICHSTAG

                                                                 

                                                                                      "No tienen que dar las noticias, sino educar a las masas"                                                                                                                                                            (Josef Stalin)

  

        El Photoshop es un editor de fotografía muy popular, utilizado principalmente para el retoque y de uso relativamente reciente, aunque quizás no tanto. La propaganda de los países en conflicto durante la  II G.M. fue un elemento fundamental para transmitir mensajes para generar opiniones, emociones, actitudes  con el objetivo  de  lograr  el apoyo en el cumplimiento  de  los  fines  y  objetivos  nacionales.  Los  carteles  y  las fotografías fueron un elemento fundamental para el cumplimiento de tales  objetivos.

       El 23 de febrero de 1945, el fotógrafo norteamericano de Associated Pess Joe Rosenthal (1911-2006) durante la batalla de Iwo Jima realizó la instantánea de cinco marines  y un médico de la armada, clavando la badera de los Estados Unidos en la cima del monte Suribachi, tan solo veinticuatro horas después fue portada en medio mundo, la imagen representaba el símbolo de la lucha, el honor y la victoria. Tres de los seis marines que aparecen en la foto cayeron posteriormente en combate. Su autor obtuvo el premio Pulitzer y está considerada como la instantánea de guerra más importante de la historia y una de las más reproducidas del mundo.

    
      Aquella imagen procedente de una isla remota del Pácifico no sólo impactó en los Estados Unidos, sino que también llegó a Moscú en donde de inmediato Josef Stalin pensó en poder recrear para la Unión Siviética y su temible Ejército una escena similar en cuanto a la carga emocional y simbólica. Sin duda, consideró que en ese momento el escenario ideal para tal objetivo era Berlín, la capital del Reich y donde el ejército Rojo combatía desde mediados de abril.

     La delicada y difícil misión recayó en el fotógrafo Yevguéni Jaldéi (1917-1997) un ruso (judio como Rosenthal) originario de Donetsk (Ucrania), trabajador en el diario Pravda y a partir de 1936 en la Agencia de noticias TASS. En 1941 fue reclutado por el ejército rojo donde fue soldado y fotoperiodista, alcanzando el rango de teniente de la marina soviética, llegando incluso a ser condecorado en diversas ocasiones. Al contrario que otros fotógrafos occidentales él llevaba dos armas, la pistola y la cámara.

                         
        
       Durante toda la Segunda Guerra Mundial se dedicó a ensalzar  el heroismo de los soviéticos, a retratar a soldados, los momentos cotidianos o los horrores de la contienda. Por todo ello las autoridades rusas consideraron que era la persona idonea y rápidamente fue enviado a Berlín, cuando los combates aún no habían cesado y los últimos destacamentos nazis defendían el Reichstag y la Cancilleria. 

      Portaba su cámara de segunda mano marca Leica III, es decir fabricada por el enemigo. Por sus prestaciones, que permitía fotografiar en  condiciones de poca luminosidad, su tamaño (133x65x39 mm) y su peso (menos de 500 gr. sólo el cuerpo sin objetivo) era la cámara perfecta para reporteros. Robert Capa o Henri Cartier-Bresson la usaron. Esta magnífica cámara es todo un icono dentro del arte fotográfico.


      Como no había mucho tiempo, antes de partir, Jardéi optó por confeccionar una bandera a toda prisa con trozos de tela mal cosidos pero en la que lucían la estrella de cinco puntas así como la hoz y el martillo. Tan pronto como llegó a la ciudad en la mañana del 2 de mayo intentó buscar localizaciones, primero en el aeropuerto de Templehof y luego en diversos lugares de la ciudad donde hay fotos de Jardéi con la célebre bandera en manos de soldados rusos frente a la puerta de Brandemburgo, pero el resultado artístico no le satisfacia y todas las instantáneas carecían del dramatismo necesario. 


 
 

     El fotógrafo siguió su recorrido por la ciudad hasta que llegó al Reichstag (Parlamento del Reich), el edificio en ruinas había sido asaltado por los rusos en la noche del 30 de abril a través de una brecha abierta en el muro del vestíbulo, esa misma noche fue izada la primera bandera rusa, pero ningún fotógrafo acompañaba a ese primer peloton de asalto por lo que el momento no pudo ser inmortalizado. Esa primera bandera se encuentra en la actualidad en el Museo Central de las Fuerzas Armadas.

     Los combates en su interior no cesaron hasta la mañana del día dos de mayo que se pudo controlar por completo. A la llegada de Jardéi la fachada el edificio mostraba la violencia de los combates y después de fotografiar a unos soldados frente al edificio la idea le surgió de inmediato. Una bandera roja colocandose por soldados rusos sobre el alto del edificio sólo podría interpretarse como el triunfo en la lucha contra el fascismo. Pero esa foto de la fachada con los soldados fue posteriormente retocada, se la añadieron aviones pintados y un carro de combate con la intención de dramatizar la hazaña.

       Evidentemente y como el mismo contó años después, no captó el momento de la toma del edificio, sino que lo escenificó dos día más tarde. Pidió a tres soldados con los que se cruzó por casualidad que subieran a la azotea del edificio y enarbolasen la bandera como si fuera la primera vez que la colocaban.  La toma era peligrosa, el soldado voluntario debía encaramarse a un precario hornamento. Después de haber elegido un buen ángulo disparó un rollo de película, treinta y seis imágenes que dieron origen a una imagen para la posteridad. Así nació el símbolo de la Gran Victoria. El hecho de que la imagen de la foto fuera escenificada no le importó a nadie en ese momento. 

       Los soldados Melitón Kantaria (nacido en Georgia como Stalin) y Mikhail Yegorov fueron inmortalizados, ocupando un papel en la historia que no les correspondía. En los años noventa se reconocieron las verdaderas identidades de los héroes que nunca pudieron ser inmortalizados: el soldado raso de 18 años Alyosha Kovalyov, nacido en Kiev, y Abdulkhakim Ismailov de 29, de Dagestán.

       Jardei había conseguido coronar con éxito la misión, vuelve satisfecho ese mismo día a Moscú. Sin embargo, el director de la agencia TASS Nicolái Palgunov, descubre que uno de los soldados, el que sujeta por las piernas al que iza la bandera, lleva un reloj en cada muñeca, la agencia no puede divulgar una imagen que podía dar una impresión equivocada del Ejército Rojo y poner de manifiesto sospechas de saqueo. Por ello y para que pudiera publicarse Jaldéi raspó el negativo con una aguja hasta borrar el reloj de la muñeca derecha del soldado. 

                       

       La imagen de la ciudad también parecía inerte, fria, como si la guerra fuera cosa de un lejano pasado. Por ello se oscureció ligeramente y se añadieron dos gruesas columnas de humo en el horizonte que reforzaron el dramatismo y dando la sensación que aún se combatía en Berlín en el momento de tomar la fotografía. Posteriormente, la foto continuó siendo alterada, se hizo que la bandera pareciera hondear más dramaticamente con el viento. También fue retocado el color. Finalmente, la imagen se publica en Ogoniov (en ruso, Pequeña Llama), el 13 de mayo de 1945, logrando rápidamente un impacto mundial.

 

      El mismo día y antes de regresar a Moscú realizó más fotografías, como la de la soldado rusa María Shalneva, cabo del 87º. Batallón de Mantenimiento de Carreteras dirigiendo el tráfico entre las ruinas de Berlín.
                

    El día 24 de junio de 1945, 46 días después de la capitulación final alemana, tuvo lugar en la Plaza Roja de Moscú el Desfile de la Victoria para conmemorar la victoria sobre la Alemania nazi. Un momento notable del evento ocurrió cuando al final del mismo marcharon soldados soviéticos llevando numerosos estandartes de las SS capturados a los alemanes y avanzaban apuntando con ellos al suelo hasta llegar al mausoleo de Lenin y arrojarlos a los pies de este. Jardéi estuvo presente para inmortalizar el momento.
                                       

     Después, Jardéi regresa de nuevo a Berlín y continúa captando momentos de la vida cotidiana en la ciudad, los primeros paseos entre las ruinas, los trabajos de desescombro. La mayoría son poco conocidas, pero casi todas son singulares. 
                  

     Después de la guerra hizo grandes esfuerzos por encontrar a los sujetos de sus fotografías que pudieran haber sobrevivido. Es envíado también a la conferencia de Postdam, donde en agosto de 1945 fotografia a los tres dirigentes aliados sentados: Stalin con su casaca blanca, junto a Truman y Clement Atlee. Fotografia también a Roosevelt, Churchill y Eisenhower


        En octubre de 1946 fue designado representante soviético para documentar el proceso de Nuremberg, donde tres de sus fotografías se utilizaron de prueba para la acusación durante el juicio: Sebastopol destruida y cuerpos desmembrados en el patio de la prisión de Rostov y Murmansk después de los bombardeos alemanes. Capta entonces a Goering en diversas situaciones durante el famoso Proceso judicial. 
                    

      En ese momento ya se le ve utilizando una enorme cámara Speed Grafic, de Graflex, dotada de un teleobjetivo de 400 mm que le había regalado Robert Capa, el legendario fotógrafo estadounidense, uno de los fundadores de la agencia Magnum y con el que mantuvo una especial amistad. Capa consiguió esta fotografía en la que se ve a Jardéi con la famosa cámara. 
              
 

       En la época de Stalin, haber logrado una foto histórica no era a priori una garantía de éxito ni de futuro. A finales de de 1948 cayó en el ostracismo en una de las purgas soviéticas conocida como la campaña anticosmopolítica, (donde los judios fueron objeto de persecución) y como consecuencia de ello Jardéi es despedido de la agencia TASS con la excusa "debido a la reducción de la carga de trabajo de la redacción de Moscú" y "su falta de formación política", llegó a incluso temer por su vida.

     En enero de 1950 Jardéi, indignado, envía una carta a Mijaíl Súslov secretario del comite central y editor jefe de Pravda preguntando por su situación, el cual descubre que el despido había sido por recomendación del KGB. Es rechazado en varias publicaciones pero finalmente consige trabajo en una revista sindical y en 1957, cinco años después de la muerte de Stalin,  regresa al diario Pravda, organo central del Partido Comunista de la Unión Soviética pero con una labor secundaria y con el que consigue viajar por todo el país durante quince años, fotografiando industrias, actividades culturales, campesinos, etc. hasta su jubilación en 1970. 
                    

        Su reconocimiento mundial por sus impactantes fotos de guerra no llegó hasta 1991 con la disolución de la Unión Soviética. Es entonces, también, cuando con la apertura de los Archivos Secretos se descubrió después de varios decenios, la increible mentira mantenida durante años sobre la fotografía de la bandera de la victoria sobre el Reichstag  que le dió tanta fama y que había sido escenficada. 

       En Octubre de 1997 murió en Moscú con ochenta años, tras haber logrado finalmente su reconocimiento como uno de los mejores fotógrafos de guerra, logrando ver espuesta su obra en Berlín, Paris, Nueva York, San Francisco, Nueva York. "En lugar de documentar el heroismo de combate en las ciudades devastadas por la guerra (...), Khaldei se centra en gran medida en la vida y los paisajes devastados que encontró", dijo el conservador jefe del Museo Judío de Manhattan, Susan T Goodman, durante la exposición en Nueva York. 

        En 1995, Francia concedió a Khaldei el título de Caballero de la Orden  de las Artes y las Letras. En ese momento Khaldei conoció al fotógrafo estadounidense Joe Rosenthal, autor de la foto de Iwo Jima que le había servido de inspiración. Entonces dijo lo siguiente "¡Si Hitler supiera que dos judios inmortalizaron las dos banderas de la victoria!".

       Algunos se preguntan como alguien sin formación en arte o fotográfia podía componer imágenes que lograban transmitir esas emociones. Kaldéi siempre respondía que todas sus fotografias estaban hechas "con el corazón y con el alma, buscando siempre que fueran interesantes de ver hoy, mañana y en el futuro", es por ello que sus fotografías esten llenas de Historia.













6. M. BORMANN, EL ENIGMA DE SU MUERTE

                                                                                          


                                                                    Desafortunadamente, esta tierra no es un país de hadas, sino una lucha por la vida,                                                                                                perfectamente natural y, por tanto, extremadamente dura.                                                                                               (Martín Bormann)


   El día uno de mayo de 1945 Martin Borman se encontraba en el búnker de la Cancillería protegido por los últimos defensores de la ciudad de Berlín. Los rusos estaban muy próximos, en algunos sectores se combatía a escasos trecientos metros de donde se encontraba escondido. Su pensamiento se centraba en tratar de escapar de allí lo antes posible, el tiempo jugaba en su contra y cada minuto que transcurría era vital. Hitler se había suicidado a primera hora de la tarde del día anterior y Bormann  había permanecido junto al Führer hasta el último momento desde que a mediados de enero de 1945 llegó a Berlín para instalar en la Cancillería el que sería su último Cuartel General.

                Martin Bormann 

     Como jefe del NSDAP demostró una capacidad de trabajo infatigable y con control absoluto y ferreo del partido por ello era conocido como la eminencia gris. Posteriormente y compartiendo su posición con la de secretario personal del Führer vió aumentado su gran capacidad de influencia y poder, siendo considerado como la sombra de Hitler.  Por ello, y desde esa posición fue el principal causante del declive político  de Hermann Göring y Heinrich Himmler en esos últimos meses,  como así quedo reflejado en el testamento político de Hitler realizado pocas horas antes de su muerte y donde acusaba a ambos de traidores despojándoles de toda posibilidad sucesoria. 

    En dicho testamento, modifica la sucesión establecida anteriormente y decide que su el poder pase de Göring al Almirante Karl Dönitz como Presidente del Reich y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas y  el Ministro de Propaganda, Joseph Goebbels como Canciller del Reich. El gran perdedor finalmente, sin duda, fue Martín Bormann que se tenía que conformar como Ministro del partido, lo que sin duda debió suponer una gran frustración para alguien que evidentemente aspiraba a mucho más  después de tanto trabajo y empeño en desacreditar a sus rivales.

      Al suicidarse Hitler al mediodía del 30 de abril y estar Karl Dönitz alejado de Berlín le corresponde a Goebbels tomar las riendas de la situación en la Cancillería, donde se realiza una primera reunión informativa y en donde Bormann, según todos los testigos, se muestra muy nervioso y con la única obsesión de salir de allí lo antes posible para tratar de encontrarse con Dönitz con la excusa de tener informarle personalmente de las últimas voluntades del Führer. Finalmente y en contra de la opinión de Bormann se impone la postura de Goebbels de negociar esa noche con los rusos para lograr intentar un alto el fuego. por lo que se decide aplazar la fuga inicialmente prevista para esa misma noche. 

    Las negociaciones en las afueras de Berlín con el general Zúhkov fracasan al exigir los rusos una rendición incondicional.  Al mediodía del día uno de mayo Goebbels es informado de ello, por lo que esa misma tarde decide quitarse la vida junto a su esposa Magda en los jardines de la Cancillería no sin antes llevarse por delante la vida de sus hijos mientras dormían en el interior del búnker.

                                                                Joseph Goebbels

     Una vez desaparecido Gobbels el mando pasaba a Bormann, para el que ya no existían obstáculos ni había más tiempo que perder, "Ausbruchsversuch" (intento de fuga), dice la última anotación que realizó en su diario. Esa noche se llevaría a cabo definitivamente el plan de fuga elaborado por el SS-Brigadelführer Wilhelm Mohnke, comandante responsable de la defensa del Distrito Gubernamental de Berlín o Die Zitadille, (La ciudadela), que incluía la Cancillería y el FührerbúnkerSi Bormann ostantaba la autoridad formal del grupo, la autoridad real estaba temporalmente en manos de Mohnke.

                                     Whilelm Mohnke

       El plan se ejecutaría en cumplimiento de lo ordenado por Hitler unas horas antes de su suicidio en donde finalmente y por escrito autorizaba a los últimos defensores de la ciudad para que, en el caso de faltar municiones y víveres pudieran abandonar la ciudad en pequeños grupos para buscar contacto con las tropas que seguian combatiendo, y que en caso de no localizarlas, deberían continuar luchando en pequeños grupos en los bosques.

     Después de tratar de prender fuego con gasolina el "führerbúnker", los últimos ocupantes lo abandonaron por uno de sus pasillos subterráneos que comunicaba con los sótanos de la Cancillería. Allí, sobre las veintidós horas estaban todos ya preparados para escapar. Algunos habían destruido su documentación para poder ocultar su identidad en caso se ser detenidos. Otros arrancaron los galones de sus uniformes o cubrian los mismos con ropas civiles. Lo único que les podía delatar era un tatuaje en el antebrazo con el grupo sanguineo que portaban todos los miembros de las SS, pero de este detalle los rusos no lo descubrieron hasta semanas más tarde. Todos agotados por los intensos combates de los últimos días, esperaban la orden oportuna con sus pistolas y cascos de acero como si fueran a dirigirse al frente.

   Los únicos que no participaron fueron los generales Wilheim Burgdorf y Hans Krebs que decidieron quedarse en la Cancillería y quitarse la vida con sus armas reglamentarias esa misma noche antes de caer en manos de los rusos. También lo hizo el jefe de la Gestapo Heinrich Müller, el cual se encontraba herido en una pierna y sin posibilidades de éxito, pero del que a diferenecia de los anteriores, nunca se localizó su cuerpo lo que alimentó durante años todo tipo de suposiciones, según las últimas investigaciones después de quitarse la vida, paradojas del destino, sus restos fueron enterrados en un cementerio judio de la ciudad. 

      
Burgdorf                              Krebs                                         Müller

      Se estima un total aproximado de unas mil personas las que se intentaron evacuar de la Cancillería. La mayoría de ellos eran miembros de la división SS Leibstandarte-AH, pero había unos veinte miembros del personal civil de Hitler y unos 80 de los hombres de Johann Rattenhuber, responsable de la seguridad del Führer. El plan de huida se llevaría a efecto utilizando los subterráneos de la U-Bahn y S-Bahn que hasta ese momento habían desempeñado un papel muy importante en la defensa de Berlín. Los rusos ante el temor de emboscadas evitaban los túneles del metro. Las tropas alemanas conocían y se movían bien a través de ellos y junto con el entorno de la Cancillería constituían el último bastión de los defensores de la ciudad.

     La ejecución del plan se haría de la siguiente manera, se saldría por una de las ventanas del sótano que daba a Wilhemstrasse, se cruzaría en diagonal al otro lado de la Wilhelmplatz hasta alcanzar la entrada de la estación de metro de Kaiserhof (en la actualidad Mohrenstrasse).               

                                      Fotografía desde la estación de metro Kaiserhof (actualmente Mohrenstrasse),                                                                                                 la Wilhemplatz que estaba  a la derecha ha sido edificada

     Se avanzaría por el túnel de la U-2 en dirección este hasta la estación de Stadmitte, allí se cambiaría de túnel para coger el de la U-7 en dirección norte y tras pasar por la U-Unter den Linden, llegar a la estación de U-Friedrichstrasse. 

                                           Plan de fuga previsto

     A partir de ese lugar, en caso de no poder seguir por los túneles del metro, se trataría de avanzar por la  superficie, cruzando el puente de Weidendammer en dirección norte hasta alcanzar la estación de Stettiner Bahnhof (en la actualidad S Nord Bahnhof) en el suburbio de Wedding y, desde allí, abandonar Berlín en dirección noroeste, con el objetivo de entrar en contacto con las unidades alemanas que aún seguían combatiendo.


                                                    Estación de Stettiner Bahnhof

      La otra opción una vez alcanzada la estación de U-Friedrichstrasse si no se podía seguir avanzando por los túneles, era subir a la superficie y cruzar el puente de Weidendammmer, uno de los pocos que aún no habían sido dinamitados para facilitar la defensa del Distrito Gubernamental. Para poder cruzarlo contarían con el apoyo de lo que aún quedaba del grupo de batalla de Mohnke, casi dos mil efectivos que aún defendían la Ciudadela y que habían sido previamente alertados para que esa noche abandonaran sus posiciones y con todos los medios disponibles acudieran a ese lugar de madrugada. Disponían aún de cuatro o cinco carros de combate tipo Tiger, cañones antitanque y bazucas "Panzerfaus" para tratar de abrir una brecha por donde poder huir.

     
                    Soldados alemanes con el Panzerfaus                                      Tanque Tiger en la Batalla de Berlín  

     El  plan de fuga de Mohnke establecía  la formación de aproximadamente diez grupos que a partir de las once de la noche (dos horas después de lo inicialmente previsto), fueron abandonando la Cancillería en intervalos de unos 15/20 minutos. 

     Parece que hubo cierta discusión sobre en que grupo estaría Martin Bormann. Desde la muerte de Hitler, había sido tratado con cierto desdén por casi  todos, Mohnke no podía disimular ese desprecio y no lo quería en su grupo. Artur Axmann estaba aún menos inclinado a aceptarlo. Bormann se acercaba al final de su vida, con toda la sordidez y el egoísmo pasando factura. Debía ser frustrante para quien durante tanto tiempo había acumulado un inmenso poder dentro del Tercer Reich y  acostumbrado a dar órdenes a verse en esa situación de ninguneo. 

      El primer grupo de ruptura, que era el más fuerte, el mejor preparado y además contaba para el éxito con la ventaja del factor sorpresa, estaba al mando de Mohnke y compuesto por todos sus oficiales y un centenar de soldados y en el se integraron el ayudante de campo de Hitler; Otto Günsche, el embajador; Walther Hewel, el vicealmirante Hans-Erich Voss, las secretarias de Hitler; Gerda ChristianTraudl Junge;  la secretaria de Bormann Else Krüger y la cocinera-dietista de Hitler, Constanze Manzianly. El segundo grupo iba dirigido  por Johann Rattenhuber, y el tercer grupo que estaba previsto que fuera el de Arthur Axmann, fue relegado al cuarto ante el estado ante la impaciencia de Bormann. Por detrás de Axmann, otro de los grupos lo dirigía el escolta-conductor de Hitler, Erich Kempka y del que formaba parte Heinz Linge y unas cien personas.
 
         
                   Gerda Christian                               Traudl Junge                                             Else Krüger
    
      No parace muy lógico que el orden de salida de Bormann fuera tan retrasado, por ello algunos autores lo situan en el segundo grupo por detrás de Mohnke. Para relegarlo a posiciones de salida tan retrasadas algunos consideran que esa noche Bormann había bebido en exceso junto a otros miembros de la Cancillería y se encontraba tan afectado que el Dr. Ludwing Stumpfegger, médico personal de Hitler, tuvo que intentar ponerlo sobrio  y poder integrarlo finalmente en el grupo del que formaban parte principalmente personal del Ministerio de Propaganda.

     Del grupo de Bormann se hizo cargo Werner Naumann que se  había arrancado todas sus insignias para hecerse pasar por un simple soldado de la Wehrmach. También se encontraban  entre otros, además de Ludwig Stumpfegger, el piloto privado de Hitler, Hans Baur que aunque detestaba a Bormann tanto como todos los demás, se había comprometido con Hitler para acompañarle hasta el cuartel general del almirante Dönitz. Esa noche Baur  llevaba enrollado en una mochila un valioso lienzo al óleo un retrato de Federico "El Grande" realizado por Franz Von Lenbach, que decoraba la pared del despacho de Hitler en el "führerbúnker" y le había regalado por éste al despedirse para alejarse de este mundo. 

      La intención original de los grupos era permanecer más o menos vinculados pero resultó imposible. La oscuridad de los túneles del metro, la aglomeración de civiles y soldados heridos, de mujeres y niños hizo que el avance fuera más lento de lo previsto e incluso que algunos perdieran contacto. Tras pasar por la estación de Unter del Linden y con cierto retraso, casi una hora después, el primer grupo de Monhke alcanzaba la estación de U-Friedrichestrase según lo previsto,

                     

                                                                                                                             En círculo blanco la Estación de metro U-Friedrichstarsse

     En la estación de U-Friedrichstrasse tuvieron que salir a la superficie, donde se habían formado barricadas para protegerse de los disparos intensos de la artillería rusa situada al otro lado del puente de Weidendammer. Después de un primer intento se dieron cuenta que resultaba imposible cruzar por ese punto el rio Speer sin contar con ningún tipo de apoyo terrestre y que aún no había acudido. Sin esperar su llegada y la de ningún otro grupo, rápidamente deciden fragmentarse y abrirse paso por otro puente metálico peatonal situado a unos trescientos metros rio abajo y pasada la Bahnhof Friedrichstrasse.
                                            Puente peatonal por donde posiblemente pudo cruzar el grupo de Mohnke

       Después de pasar al otro lado del río alcanzaron la zona del Hospital de la Charité y tras cruzar sus patios atravesaron los sótanos comunicados de la Chaseestrasse pasando por el cuartel de Malkäfer, finalmente llegaron a la estación de Wedding. Después de recorrer esos casi tres kilómetros el grupo inicial se había reducido a unos veinticinco efectivos entre los que se encontraban: Günsche, Hewel, así como las cuatro mujeres, Crhistian, Junge, Krüger y Manziarly.

      Al amanecer trataron de seguir avanzando pero se encontraron con dos carros de combate T-34 que abrieron fuego con sus ametralladoras por lo que se tuvieron que dispersar por calles laterales lo que fragmentó aún más al grupo. Al final solo quedaban Mohnke, Günsche, Hewel y las cuatro mujeres. En la mañana del día dos de mayo lograron alcanzar un refugio antiáereo junto a la cervecería  de la Schönhauser Allee, llamada Schultheiss-Patzenhofer (actualmente centro cultural Kulturbrauerei), allí en los sótanos se encontraban atrincherados la sección de Mando H de la "Fortaleza Berlín" y varios centenares de soldados alemanes. A lo largo de esa mañana, pudo ir llegando  algún componente del segundo grupo de fuga como el Jefe del Servicio de Seguridad Rattenhuber herido levemente en una pierna. 

                                                                       Fábrica cerveza Schultheiss-Patzenhuber actualmente (Kulturbrauerei)

     Sobre las tres de la tarde se acercan varias unidades rusas informando que la guarnición de Berlín había capitulado la noche anterior, exigiendo que depusieran las armas. Sobre las diez de la noche el grupo de Mohnke acabó rindiéndose iniciándose su cautiverio, excepto Hewel del que decidió pegarse un tiro con su pistola reglamentaria. Pero antes de rendirse las mujeres abandonaron voluntariamente el refugio para tratar de continuar por si mismas, Traud Junge cayó en poder de los rusos aunque finalmente entragada a los estadounidenses, Gerda Christian (la otra secretaria de Hitler) y Else Krüger (secretaria de Bormann) lograron llegar a líneas británico-americanas, de Manziarly nunca más se supo.  

    Pero regresemos al inicio de la fuga en la noche anterior  para ver que ocurrió con los siguientes grupos. El tercer grupo en salir de Naumann/Bormann tenía que seguir el mismo recorrido por dentro de los túneles del metro, pero al llegar a la U-Stadmitte  en el cruce de las líneas y por error tomaron el túnel equivocado y aparecieron  en la estación de U-Hausvogteiplatz en lugar de Under den Linden.
            

   
     Estación de U-Hausvogteiplatz 

      Tuvieron que salir a la superficie y para llegar a la U-Friedrichstrase como así estaba previsto, tuvieron que avanzar por las calles lo más cerca posible de las fachadas de los edificios. La oscuridad de la noche fue su mejor aliado.
                                      
 En rojo el itinerario por la superficie del grupo de Bormann hasta la U- Friedrichstrasse 
    La primera dificultad que tuvieron que superar fue cruzar la Gendarmenmarkt que se encontraba en ruinas y con los restos de los intensos bombardeos que se estaban produciendo. Atravesar esta zona abierta no estuvo exenta de dificultades y el grupo comenzó a fragmentarse.

    
    Una vez alcanzada la Friedrichstrasse por la que siguieron avanzando en dirección norte y cuyo cruce con Unter den Linden debió ser bastante peligroso ya que los rusos controlaban dicha calle desde la zona oeste donde se encontraba el Reichstag. Finalmente según lo previsto pero con retraso pudieron llegar hasta la estación de U- Friedrichstrasse. En el recorrido no tuvieron enfrentamientos directos con los rusos, pero donde las calles y los edificios se encontraban destrozados.

                                La Friedrichstrasse después de los enfrentamientos

    En la estación U-Friedrichstrasse se encontraron con lo que quedaba del grupo de Rattenhuber que les precedía y que habían llegado sin errores a través de los túneles del metro, los cuales ya habían fracasado en sus intentos por cruzar el Weidendammer Brücke. Todos los grupos terminan por reagruparse ante los continuos fracasos. La calle y el puente se encontraba llena de cadáveres ante el continuo fuego de cobertura de los rusos. Algunos deciden refugiarse en el Palacio del Almiante (Almiralspalast). 
    
            
            
                            Circulo la estación de U-Friedrichstrasse, al lado el Almiralspalast (vista en dirección contraria                                                                                         al de huída desde la equina del Puente de Weidendammer)

    Pudieron escuchar enfrentamientos al norte de Schiffbauerdamm, e intuyeron que pudiera tratarse de Mohnke que hubiera podido cruzar por otro de los puentes al oeste del Spree. En ese momento es posible que los rusos ya se hubieran dado cuenta de que había alemanes tratando de romper sus líneas y hubieran comenzado a reforzar sus posiciones, pero lo que seguramente desconocían era que entre ellos pudiera haber gente procedente de la Cancillería del Reich. 

    De repente, aunque con retraso aparecieron lo que aún quedaba del grupo de combate de Mohnke con algún carro de combate Tiger y dos cañones de asalto autopropulsados. Con su apoyo y protegiéndose detrás de los blindados que les abrían paso lograron avanzar muy lentamente y atravesar ya de madrugada el Puente Weidendammer. Allí murieron sobre el puente Albrecht y Högl, pero el grupo pudo cruzarlo y alcanzar la confluencia de  Friedrichstrasse-Schiffbauerdamm donde se encontraba el Hotel  Atlas, en la actualidad Hotel Neuer Fritz. 

                     Esquina al otro lado del Puente Weidendammer donde marcado con estrella se localizaba el Hotel Atlas 
                                        
    En su intento de seguir avanzando sobre las 02:30h y en la confluencia de Weidendammer- Ziegelstrasse el carro de combate Tiger con el que se protegían fue alcanzado por un proyectil ruso.  Bormann y Naumann salieron despedidos por la fuerza de la explosión (según declaraciones posteriores  de Kempka, Baur, Linge y Axmann recopiladas por los rusos en su cautiverio).

                        Izquierda la Friedrichstrasse subiendo desde el Puente de Weidendammer en su confluencia con                             Ziegelstrasse donde parece que fueron alcanzados Bormann y Naumann

    Después de quedar aturdidos durante unos minutos logran recuperarse y al no poder seguir avanzando hacia el norte por la Friedrichstrasse al no contar ya con ningún carro de combate, el grupo decide retroceder nuevamente sobre sus pasos hasta la estación de Bahnhof Friedrichstrasse (Baur perdió el contacto con el grupo) para tratar de escapar siguiendo las vías aéreas ferreas que cruzaban hacía el oeste sobre el Spree en dirección a la estación de Lehrter Bahnhof.  

    El problema fue que la ruta era muy peligrosa ya que aunque el Reichstag se encontraba al otro lado del río estaban al alcance de cualquier disparo de los rusos que lo controlaban. Cuando sobrepasaron el Spree y  el viaducto comenzaba a descender a la altura Margarita-Steffin-Strasse recibieron disparos desde las casas próximas por un lado y por el otro desde el Reichstag. Finalmente se bajaron de las vías a la altura de la Friedrich-List-Ufer. Baur que iba por detrás al haber perdido contacto, resultó herido por disparos cuando llegó a la estación de Lehrter.

           Recorrido de Bormann desde Bahnhof Friedrichstrasse por las vias hasta  Lehter Bahnhof

   
       Al llegar a la altura de la Invalidenstrasse el pequeño grupo se fragmenta Bormann y Stumpfegger se dirigieron hacía el este, mientras que Axmann y su ayudante Günter Weltzin  lo hicieron hacia el oeste por la misma calle pero al encontrarse con tanques y soldados rusos volvieron sobre sus pasos en dirección este nuevamente hacia la Lherter Bhanhof. Mientras tanto Bormann y Stumpfegger tampoco debieron llegar muy lejos y antes de cruzar el Sandkrugbrücke se debieron encontrar con alguna patrulla rusa y también tuvieron que retroceder de nuevo a la zona de la estación de Lherter Bhanhof donde viéndose acorralados se suicidaron con ácido prúsico. Axmann y su ayudante se encontraron con los cuerpos de Bormann y Stumpfeger boca arriba y sin heridas visibles.

     El día 3 o 4 de mayo, algunos testigos omo el jóven Herbet Seidel o Willy Stelse afirmaron haber visto dos cuerpos uno pequeño y otro corpulento sin prendas de abrigo, botas ni pantalones ni insignias de rango militar en la Invalidenstrasse. En la fábrica Solex, lugar de trabajo de Stelse apareció una de las prendas desparecidas un chaquetón de cuero que portaba otro trabajador, el cual entregó a su capataz Ott un libro que encontró en uno de sus bolsillos, era el diario de Bormann. Ott lo entrego a las autoridades sovieticas. El diario se encuentra en la actualidad en un archivo de Moscú con su última anotación: Intento de fuga. 

     Bormann fue juzgado en ausencia en el Proceso de Nuremeberg y acusado de tres cargos: conspiración para librar una guerra de agresión, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, siendo absuelto del primer cargo y condenado el 15 de octubre de 1946 a morir en la horca en caso de ser localizado.
                                                                                                    
                                                 Algunos de los principales acusados en el Proceso de Nuremberg

       A partir de ese momento la figura de Bormann se esfumó pareció desvanecerse, se produjeron más de 56 versiones sobre su paradero, siendo hubicado en todas las regiones del mundo, desde Moscú hasta Ciudad del Cabo y desde Australia hasta Sudamérica. Se produjeron varias detenciones de personas que confundieron con Bormann. Incluso la CIA gastaba tiempo y recursos para tratar de localizar su paradero. También la Fiscalia de Franckfurt había fijado una recompensa de 100 mil marcos por su localización. 

    Mientras tanto, los rusos dentro de la guerra fria posterior a la finalización del conflicto bélico guardaban silencio de la información de la que evidentemente disponían gracias a las declaraciones de los prisoneros que habían sido testigos de las últimos momentos de Bormann y que habían sido interrogados durante todos los días de su cautiverio hasta ser liberados. Con ello intentaban alimentar en la opinión pública de que las grandes potencias aliadas habían colaborado en la fuga de dirigentes nazis después de la II G.M. 

   El inicio del esclarecimiento definitvo de lo sucedido tuvo lugar en 1963 cuando  Albert Krumnow un empleado jubilado de la estafeta de correos número 40 de la estación de Lehrter, declaró lo siguiente ante la policía alemana: "En los primeros días de mayo reaunudé mi trabajo en la estafeta, me ocupé primero de retirar los escombros. Alrededor del día ocho de mayo nos ordenaron los rusos llevarnos los cadáveres que había en la Invalidenstrasse. Fui al puente sobre el Spree y vi los cuerpos de dos hombres. Por la cartilla militar encontrada junto a uno de ellos, entendí que uno de los muertos había sido médico de las SS. Tras comentar que ningún cuerpo tenía señales de heridas, yo, junto a mis compañeros, cargamos los cadáveres y los enterramos donde en aquella época se hacía la feria regional."

    Otro testimonio lo aporta el señor Berndt, jefe de la estafeta número cuarenta de la estación berlinesa de Lehrter, que el catorce de agosto de 1945 escribió una carta a la señora Gertrud Stumpfegger que decía: "Estimada señora, el ocho de este año, empleados de esta estafeta encontraron en el puente ferroviario de la Invalidenstrasse a un soldado caído por los combates por Berlín, El salvoconducto encontrado junto al muerto estaba a nombre de Ludwig Stumpfegger. Como es de suponer que el muerto fuera su marido, le trasmito esta triste noticia expresándole a la vez mi más sentida condolencia. Su marido fue sepultado el ocho de mayo en el terreno de la feria regional junto al Spree".

    Esta fue la base de la investigación realizada en 1965 por la revista Stern a través de su periodista Jochen von Lang, que en un riguroso trabajo de investigación que durante meses le llevaron a entrevistarse con todos los testigos vivos que pudo localizar. Finalmente llegó a la conclusión de que Bormann estaba muerto e indicaba el lugar donde podían encontrarse sus restos. Las autoridades ordenaron excavar entre el 20 y 21 de julio de 1965  allí donde coincidían las versiones de Axmann y de Krumnow, junto  a tres áboles, pero no encontraron nada.
                
                Excavaciones de 1965 en busca de los restos de Bormann

        La confusión sobre la localización de Bormann continuaba, incluso en marzo de 1968 el famoso cazador de nazis fugados Simón Wiesenthal, que poco antes había localizado a Eichmann en San Carlos de Bariloche, dijo que Bormann vivía como un virrey en Brasil.

      El final del misterio no llegaría hasta el 28 de diciembre de 1972, cuando sobre las 12:30 horas dos trabajadores de la construcción llamados Willi Stein y su ayudante, Jens Friese se encontraban realizando unas obras para la canalización de agua excavando una zanja entre la estación Lehrter y la calle de los Inválidos, muy cerca, a unos doce metros de donde siete años antes se había realizado la excavación frustada para tratar de  localizar los restos de Bormann. 

                            
                 (1) Lugar donde se inició la búsqueda y (2) el lugar donde fueron encontrados los restos.
                                                    
                                              

     Ahora se toparon con algo duro que finalmente identificaron como restos humanos y que consistían inicialmente en un craneo y numeroso

s huesos. Cuando ampliaron el pozo hallaron un segundo esqueleto humano. Avisaron al ingeniero jefe Manfred Schattke
 y este sobre las 15:15 horas a las autoridades policiales de Berlín occidental,  del caso se hizo cargo el comisario principal Werner Blank


       Los forenses encontrarron en la dentadura de los dos esqueletos fragmentos de cristal, lo que sugirió que habían mordido cápsulas de cianuro. Los registros dentales del doctor Hugo Blaschke conservados por las autoridades alemanas que sirvieron para identificar a Hitler, también los utilizaron para identificar el cadáver de Bormann. Como Blaschke había fallecido en 1957 y a pesar de dejarlo todo registrado documentalmente, se tomó declaración a su ayudante, el técnico dental Fritz Echtmann. El técnico fue rápido y seguro en su respuesta: "Si, éstas son mis piezas".


       Se pudo constatar que el cráneo de Bormann estaba deformado encima del hueco correspodiente al ojo derecho, justo donde tenía una cicatriz como consecuencia de un grave accidente automovilístico. En su clavícula también se apreciaron daños que se correspondían  con las lesiones que Bormann había sufrido en un accidente de equitación, según confirmaron sus hijos. La estatura de los dos esqueletos también confirmaron que los dos cuerpos eran de Bormann y el médico de las SS. 

                               
                                
                                               Restos de Martin Bormann encontrados

    A comienzos de 1973 Alemania ordenó la reconstrucción facial de los dos esqueletos, que confirmó las identidades: El 11 de abril de 1973 Alemania occidental declaró oficialmente la muerte de Martín Bormann, auqnue se impidió a la familia incinerar sus restos para poder realizar futuros exámenes forenses si fuera necesario.

      Como así lo fue en 1998, con la técnica del ADN en total desarrollo, Alemania ordenó una nueva identificación, esta vez genética. Los científicos del Instituto de medicina forense de la Universidad Ludwig Maximilians de Múnich, trataron primero sin éxito extraer proteinas para un análisis normal, finalmente, la prueba pudo hacerse con un análisis mitocondrial de ADN y con dos tubos de sangre de una mujer de ochenta y tres años, una nieta de Amalie Vollborn, hermana de Antonia Vollborn, madre de Bormann, la información genética coincidió plenamente.

       El fantasma había dejado de serlo. Los restos de Bormann fueron incinerados y sus cenizas arrojadas al mas Báltico el 16 de agosto de 1999.
Reunión de los supervivientes de la última fuga años después de su liberación, en donde evidentemente no estaba Bormann.


    


































    

 


7. PHOTOSHOP EN EL REICHSTAG